En la frontera norte de México, donde miles de migrantes aguardan la oportunidad de cruzar hacia Estados Unidos, la comunidad de fe y solidaridad sigue resistiendo los desafíos de la política migratoria. En Reynosa, Mario Xoca y Meg Flores, de Isaiah 55 Ministries, han dedicado su labor a ayudar a los migrantes que enfrentan la incertidumbre de su futuro, brindándoles apoyo espiritual, educativo y material.
Entre las muchas historias de sacrificio y perseverancia en la frontera, destaca la de los hermanos hondureños Dorian y Magdy Mendoza, quienes se aventuraron en la peligrosa ruta de migración a bordo del tren de carga conocido como “La Bestia”. En el camino, Dorian cayó del tren y fue dado por muerto, mientras Magdy continuó solo su travesía, logrando cruzar el Río Bravo y llegar hasta Houston.
Sin embargo, su historia tomó un giro inesperado cuando un tercer hermano, Keleth Mendoza, decidió retrazar la ruta migratoria de sus hermanos. Al llegar a México, descubrió que Dorian había sobrevivido, aunque perdió un pie a causa del accidente. Determinado a reunir a su familia, Keleth llevó a Dorian hasta Houston, completando así un reencuentro que pocos habrían imaginado posible.
Desde que Donald Trump asumió la presidencia en enero de 2025, las políticas migratorias han endurecido el acceso a Estados Unidos, obligando a muchos solicitantes de asilo a permanecer en México mientras esperan respuesta a sus casos. En Reynosa, esta situación ha convertido a las iglesias y organizaciones humanitarias en puntos clave de apoyo para los migrantes.
Mario Xoca, un exgerente de TI, sintió el llamado de su fe y fundó Camino de Fe, una iglesia reformada que funciona dentro de Isaiah 55 Ministries. Allí, junto a Meg Flores y otros voluntarios, han transformado una casa abandonada en un centro comunitario, donde los niños migrantes y locales pueden aprender y jugar en un ambiente seguro. Además de clases de arte y ciencia, el centro ofrece enseñanza de Lengua de Señas Mexicana para niños sordos y sus familias, en un esfuerzo por mejorar la inclusión y el acceso a la educación.
Mientras la política migratoria sigue en evolución, la situación en Reynosa se complica. La creciente militarización en la frontera, con soldados instalando barreras de alambre, indica que la política de “Permanecer en México” podría mantenerse a largo plazo. Para muchos migrantes, esto significa meses o incluso años varados en condiciones difíciles, expuestos a la falta de recursos y al riesgo de extorsión por parte de los carteles.
A pesar de los desafíos, las comunidades de apoyo en la frontera continúan ofreciendo esperanza. Como dicen en México, “Al mal tiempo, buena cara,” y esa es la actitud con la que muchas familias migrantes enfrentan la espera, aferrándose a la fe y la solidaridad de quienes les tienden una mano.
Imagen destacada: YouTube / @isaiah55ministries31
Redes Sociales