El Consejo Evangélico de Venezuela (CEV) reiteró su compromiso con la libertad religiosa y la separación entre la Iglesia y el Estado, en un contexto de creciente acercamiento del gobierno de Nicolás Maduro a las comunidades evangélicas. La organización expresó su preocupación ante intentos de regulación que podrían afectar la autonomía de las congregaciones religiosas en el país.
El CEV subrayó que la independencia de la Iglesia debe preservarse frente a cualquier tipo de interferencia gubernamental. Su director ejecutivo, José Piñero, enfatizó que las congregaciones evangélicas deben mantenerse al margen de iniciativas impuestas por el Estado y que su financiamiento debe provenir exclusivamente de los aportes voluntarios de sus miembros, sin depender de recursos estatales.
Asimismo, el consejo hizo un llamado a garantizar el trato equitativo de todas las organizaciones religiosas bajo la legislación venezolana, evitando medidas que pudieran favorecer o perjudicar a ciertos grupos en función de su relación con el gobierno.
El organismo evangélico advirtió que una mayor burocratización en el ámbito religioso podría derivar en restricciones a la libertad de culto. También alertó sobre propuestas que podrían ser interpretadas como intentos de control sobre la fe y sus instituciones. Aunque el CEV se mostró abierto al diálogo con las autoridades, insistió en la necesidad de que cualquier interacción con el Estado respete la independencia de la comunidad religiosa.
En las últimas semanas, el gobierno de Maduro ha promovido reuniones con líderes religiosos para discutir la transformación de asociaciones religiosas sin fines de lucro en entidades formalmente reconocidas como iglesias. Estas acciones han sido vistas por algunos sectores como parte de una estrategia para fortalecer la relación del Ejecutivo con el movimiento evangélico, en un momento en que el oficialismo busca afianzar su respaldo político.
Además, Maduro anunció un programa destinado a llevar mensajes religiosos a los centros penitenciarios del país, lo que ha sido interpretado como un esfuerzo por alinear el trabajo de las iglesias con iniciativas gubernamentales. También se han llevado a cabo eventos religiosos respaldados por el Estado, generando cuestionamientos sobre si estas acciones forman parte de una estrategia para ganar legitimidad en un escenario político marcado por la disminución del apoyo electoral.
El CEV continuará defendiendo la autonomía de la comunidad evangélica y velando por que la libertad de culto no se vea condicionada por intereses políticos o administrativos.
Imagen destacada: Alianza Evangélica Latina
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