La región del Medio Oriente enfrenta una crisis sin precedentes mientras Israel se encuentra en guerra con Hamas en Gaza y se aproxima a un conflicto a gran escala con Hezbollah en Líbano. La situación ha empeorado significativamente desde el ataque de Hamas a Israel el 7 de octubre, lo que desató la actual guerra en Gaza.
Tanto Hamas como Hezbollah son designadas como organizaciones terroristas por Estados Unidos y reciben apoyo de Irán, un país que abiertamente busca la destrucción de Israel. Tras el ataque inicial de Hamas, Hezbollah comenzó a lanzar misiles desde el sur de Líbano hacia el norte de Israel el 8 de octubre, declarando su respaldo a los palestinos.
La situación humanitaria es grave, con aproximadamente 60,000 israelíes evacuados de las regiones del norte, sumándose a un total de 200,000 desplazados desde el inicio de las hostilidades el 7 de octubre. Hezbollah ha prometido continuar sus ataques hasta que las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) se retiren de Gaza, y cada ataque ha sido respondido por Israel.
Las últimas semanas han visto un incremento en las hostilidades, con Hezbollah intensificando los ataques con drones y cohetes contra sitios militares clave en Israel. En respuesta, Israel ha intensificado sus ataques, dirigiéndose a posiciones de Hezbollah en el Valle de Bekaa en el sur del Líbano y a altos funcionarios militares.
Las autoridades israelíes han indicado que, sin un alto el fuego en Gaza y un acuerdo con Hezbollah, es probable que se inicie una ofensiva israelí. El Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió que los continuos asaltos por parte de Hezbollah serían enfrentados con una fuerte represalia.
La comunidad internacional observa con preocupación mientras la situación en la región sigue deteriorándose, con el temor de que un conflicto a gran escala pueda tener repercusiones desastrosas para la estabilidad de todo el Medio Oriente.
Imagen destacada: AFP por Getty Images
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