La Universidad de California, Los Ángeles (UCLA), y la Universidad de Columbia han sido escenario de violentos enfrentamientos entre manifestantes pro-Israelíes y pro-Palestinos en los últimos días, generando una ola de preocupación y condena en la comunidad estudiantil y las autoridades locales.
Los incidentes en UCLA comenzaron cerca de un campamento anti-Israelí organizado por activistas que demandan el desinversión en Israel. La confrontación se prolongó durante aproximadamente tres horas antes de que la intervención policial lograra contener la situación.
Más de 130 personas fueron arrestadas en una redada policial en el campamento después de los enfrentamientos, mientras que líderes estatales criticaron la respuesta policial tardía y exigieron investigaciones exhaustivas sobre el incidente.
La tensión escaló aún más cuando un video emergió mostrando a manifestantes anti-Israelíes presuntamente agrediendo a una mujer judía hasta dejarla inconsciente. Este acto de violencia ha suscitado indignación y ha avivado el llamado a acciones urgentes para garantizar la seguridad de todos los miembros de la comunidad universitaria.
La universidad se vio obligada a cancelar clases debido al malestar causado por los eventos y urgió a los estudiantes a evitar el área afectada por los enfrentamientos. El asambleísta Rick Chavez Zbur criticó la seguridad de la universidad por no haber prevenido los ataques y no haber respondido de manera oportuna.
Además, surgieron informes sobre manifestantes anti-Israelíes bloqueando el acceso de estudiantes a clases y a la biblioteca en UCLA, lo que agrava la situación y plantea preocupaciones sobre la seguridad y la libertad académica en el campus.
Los disturbios también se extendieron a la Universidad de Columbia, donde manifestantes tomaron el control de Hamilton Hall, causando daños materiales y resultando en arrestos similares a los ocurridos en UCLA.
Estos eventos han generado un intenso debate sobre la libertad de expresión, la seguridad en el campus y el conflicto israelí-palestino, subrayando la necesidad de un diálogo respetuoso y constructivo para abordar las diferencias y promover la paz en la región.
Imagen destacada: REUTERS/David Swanson
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