En un sorprendente giro de eventos, más de 12,000 personas fueron bautizadas en Francia el Domingo de Pascua, marcando un récord histórico en el país, a pesar de las altas tasas de no creyentes. Este fenómeno ha dejado perplejos a muchos, ya que contrasta con la tendencia general de declive religioso en la nación.
Las solicitudes de bautismo en la Iglesia Católica han aumentado en la última década a pesar de la "de-cristianización" que ha sido evidente en la sociedad francesa. Durante los servicios de Pascua, 7,135 adultos y más de 5,000 adolescentes recibieron el sacramento del bautismo. Este aumento representa un incremento del 31% en comparación con el año anterior, con un notable aumento en el grupo de edad de 18 a 25 años.
Muchos de los que buscan el bautismo han tenido un encuentro personal con Cristo y carecen de educación religiosa formal. Este fenómeno es especialmente evidente en las áreas urbanas más grandes, con París registrando un aumento del 27% en las solicitudes de bautismo.
Lo que resulta aún más sorprendente es que muchas de estas solicitudes provienen de familias sin antecedentes religiosos, incluidas algunas familias musulmanas. Este cambio demuestra un interés renovado en la fe y la espiritualidad entre aquellos que antes no estaban asociados con la religión.
Los líderes católicos ven este aumento en los bautismos como una intervención divina, indicando un cambio positivo en el panorama espiritual de la sociedad francesa. Aunque aún persisten desafíos, este resurgimiento de la fe ofrece una visión esperanzadora para el futuro de la religión en Francia.
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