En una histórica reunión, la Conferencia General de la Iglesia Metodista Unida (IMU) ha aprobado medidas destinadas a reestructurar la denominación, con el objetivo de lograr una mayor equidad regional y adaptación a las necesidades locales.
El plan de reestructuración divide la denominación en cuatro regiones: África, Europa, Filipinas y Estados Unidos. Cada región tendría la flexibilidad para personalizar aspectos de la vida eclesiástica, incluyendo normas sobre matrimonio entre personas del mismo sexo y ordenación, basándose en las necesidades locales.
La enmienda constitucional para la reestructuración fue aprobada con una mayoría del 78% y requiere ratificación por parte de las conferencias anuales para finales de 2025. Si es ratificada, cada región podrá establecer las calificaciones para el clero, publicar su propio himnario, establecer tribunales judiciales y revisar una sección del Libro de Disciplina.
Esta Conferencia General es la primera en cinco años y sigue a un cisma que dividió al 25% de las congregaciones estadounidenses de la denominación. La regionalización fue priorizada de manera inesperada en la reunión y es vista como un esfuerzo de descolonización para descentralizar la iglesia.
El plan reconoce las diferencias culturales y teológicas, especialmente en lo que respecta a la sexualidad, que han alejado a los metodistas. Algunas coaliciones dentro de Estados Unidos y en el extranjero se opusieron a las medidas de regionalización, incluyendo la Asociación del Pacto Wesleyano y la Revista Buenas Noticias.
Cinco de las ocho medidas de regionalización fueron aprobadas, quedando pendientes las tres restantes, relacionadas con Estados Unidos, que serán votadas más adelante.
Imagen destacada: UM News
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